Se miraba en el espejo y no se reflejaba.
De nuevo en el momento en el que debería estar disfrutando, un aire melancólico invadía su rostro.
Le traía recuerdos que pensaba había superado.
La falta de amor, le mantenía hambriento, su estómago vacío, ganas de huir, pero debía empezar de nuevo.
El sol, amigo de muchas anécdotas, se había escondido tras quemar y arrugar su piel. Tan solo ahora la oscuridad envenenaba el ambiente.
¿Qué pasaba con sus manos? ¿Qué pasaba con sus ojos?
Nada, no pasaba nada…
Qué estraño …nadie había acudido a su entierro…
2 comentarios:
Increible.
Todo un placer conseguir tomar tierra entre sus letras Señorita, sabía que tan sólo era cuestión de tiempo que lograra mecerme entre sus vocales y al fin así ha sido.
Ahora me queda raptar a mi días pellizcos de tiempo para mecerme con más tranquilidad y con la paz que dan las sombras, pero lo haré. Mi condición de Capricornio me dice que lo haré.
De nuevo un placer encontrarla (aunque mi mérito es el suyo)
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