¿Para cuándo un estado laico?
Cansados de escuchar la situación en la que nos encontramos, nos chocamos con esto.
¡Para que destinar este dinero a la educación o a la sanidad!
¡Para que queremos tener el día de mañana gente bien preparada!
¡Pues para nada!
Lo mejor es, que cuando España esté entre los últimos países en nivel de estudios, podremos decir que España estará entre los primeros países que más oficios ofrece.
Sus obispos, cardenales y demás, seguirán viviendo como reyes, tendrán un techo sobre el que cobijarse (¡Y QUE TECHOS!) y encima seguirán mostrándonos ese corazón opaco con las delicias de sus comentarios.
Tenemos frente a nosotros la mayor secta de la historia, un circulo de poder que siempre ha arrastrado posesión, liderazgo, y poder de convicción. Somos conscientes de ello y aun así parte de nuestros impuestos van a la financiación de este esperpéntico grupo de almas caritativas que tan solo piensan y viven para que nosotros seamos fieles, libres y lleguemos a vivir en un paraíso eterno, lleno de árboles frutales y ángeles tocando el arpa.
¿ Y SI NO QUEREMOS ESE PARAISO?
¿Y SI QUEREMOS QUE NUESTRO PARAISO SEA NUESTRA PROPIA VIDA?
Entonces ¿POR QUE DESTINAR NUESTRO DINERO A UN FUTURO NO DESEADO?
¿POR QUE NO SE FINANCIA LA IGLESIA CON CAPITALES PRIVADOS?
Que la gente que quiera subir al cielo, que sean perdonados sus actos, ¡QUE SE LO PAGUE!
Algo que escuche el otro día en la radio, en una entrevista que le hicieron a Fraga, obviamente antes de morir, me llamó la atención y volvió a darme la razón en cuanto a mi opinión sobre la iglesia, fue que le preguntaban muy sutilmente, que si se había arrepentido alguna vez de las sentencias a muerte (no usaron esta palabra) que él había sentenciado, a lo que este personaje, respondió, que si alguna vez él se había arrepentido, solo lo sabría su confesor.
Ahhhh, claro, así es el juego…yo mato y luego me confieso, me quedo libre de pecado.
En fin esperemos que esto no dure mucho y finalmente podamos tener un estado limpio de religiones impuestas y nos den la oportunidad de escoger si queremos ser creyentes o no.
Y que ello, conlleve también la libertad de querer subvencionar a la iglesia con nuestro dinero a no.
Un comentario más que me llevará al infierno…
