lunes, 1 de junio de 2009

EL RENCOR SE VISTE DE CABRITA

De qué sirve el rencor, si disimulas tu infelicidad entre escotes.
Nacida en el seno de una familia fascista y llevando tu religión, como escudo en tu camisa.
Más falsa que judas y mártir como San Esteban, así andas por la senda de los "kikos".
Obras son amores y no buenas razones.
Como engañas, chula.
Hablas de la palabra de tu Señor, y actúas con los hechos de tu enemigo.
Nadas entre pecadores, creyendo que vas a ser salvada…Teresita de Jesus.
Tu Dios, mando a su hijo, y tú me mandaste al tuyo…no haberlo sacrificado antes para una ofrenda…que lástima.

Aludiendo a este personaje, sacado del mismísimo cuento de Caperucita Roja, aunque no sé muy bien si es el lobo o el cazador, disfrazado de Católica, apostólica y romana, me adentraré en el mundo del rencor, vestido de cabritilla.
Empezaré diciendo que el rencor, es un malgasto de energía, que podías emplear siendo feliz.
El rencor, pariente del odio y del resentimiento, quema por dentro, hasta convertirte en una persona infeliz. Es un peso demasiado grande, como para que yo tolere, que entre dentro de mí.
No entréis en el juego del rencor, es un sentimiento amargo que no vale la pena.
No os convirtáis, en personajes como el descrito.

Pues bajo una apariencia cálida, aniñada y gentil, se encuentra, una persona infeliz.
Hoy me demostró que las palabras se las lleva el viento, que nada es lo que parece.
Pero como soy buena…la dejaré libre de crucifixión.

Os hablo de la que fue un día mi suegra.

Un día hablaremos de ellas…

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuidado nono, cuidado...la ira es muy jodida...

elevate un poquito...no caigas en los mismos errores que criticas...

alejate de verdad de la gente negativa...borrala de tu mente...no te enfangues en un pozo de mierda en el que tu nadas muy mal...

jaime