sábado, 7 de marzo de 2009

LA CRISIS PISA MIS TALONES...Y EL BANQUERO ME TOCA LOS OVARIOS.

Razón tenía mi padre cuando me decía, Nono, deberías opositar, te olvidarás de todo. Yo, con veinte años a mis espaldas, le decía, Papa, qué dices yo he nacido para ser jefa y mandar!.

Hoy con la crisis en mis talones, pienso que razón tenía mi padre!.

Enciendo la televisión, la palabra crisis, abro el periódico, la palabra crisis, hablo con mis amigos, la palabra crisis, miro mi cuenta bancaria…LA CRISISSSSSSSS!!!!!

Yo, inmersa en mi mundo, intentando arreglarlo, les doy consejos a los banqueros para que no nos hundas mas en fango, y la única respuesta que recibo es la sonrisa de un jilipollas, diciéndome…Nono…¿qué me estas contando?…ah que no me tomas enserio….Te explicare con una serie de argumentos como los bancos, están jodiendo al personal, mientras tú, con esa cara de capullo, solo sabes decir la palabra NO.

El otro día me crucé con un antiguo cliente, tendrá, calculo yo, unos cincuenta y cinco años. Estaba demacrado, sus ojos no brillaban, le pregunté como iba su vida…me dijo:

-Nono, lo he perdido todo, mi empresa a quebrado, me quitaron el piso, mis hijos siguen estudiando y busco trabajo de lo que sea.

-Qué me dices, no puedo creérmelo.

-Así es, empezaron a devolverme letras, no pude pagar y el banco no me dio facilidades para poder seguir adelante.

Increíble.

Hemos llegado a un extremo, que este tipo de historias las oímos a diario.

Hoy, me he pasado por un comedor social, la cola era semejante a la del paro. De normal, cuando me he, el tipo de gente que me he encontrado es gente que desde hace años vive en la calle, sus apariencias son desgastadas, su piel esta cuarteada por el frío o por el sol. Ahora cuando paso, la gente que veo, es gente como yo, gente, que a causa de las grandes empresas, a las que les han permitido presentar un concurso de acreedores, pero siguen con sus porches, sus audis, su BMW, su servicio en casa, han sido arrastrados a la casa de la pobreza.

Qué injusto, sigue ganando el gigante, y los pequeños siguen sin ser ayudados.

Ojalá pudiera por un día invertir los papeles…que esos empresarios de corazón vacío, viviesen por un día la vergüenza del primer día en un comedor social. Qué viviesen lo que es ver como se hunde la empresa que creo tu padre…

Capullos de corazón vacío, ahí todos juntitos, que os voy a quemar en la hoguera.

Pero los tiempo cambiarán y de nuevo la economía empezará a emerger de su caída empicada, y de nuevo el banquero con cara de jilipollas, vendrá a mi despacho, ofreciéndome sus servicios. Y sabéis donde los mandaré…..DONDE LOS CERDOS PISAN EL FANGO...

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