PARA LAS MUJERES, CON UN PAR

Ayer os dejé un poco tirados, pero es que no me sentía con muchas ganas de escribir, no es que hoy me apetezca mucho, pero, ya que tengo dos lectores de confianza, lo hago por vosotros dos.

Me siento con depresión pre-cumpleaños. Apenas queda una semana para que mi número vital vuelva a cambiar, y la verdad es que este año no me apetece nada de nada.

El año pasado en estas fechas, me hice unas proposiciones, que ni de lejos he cumplido.
Lo que significa, que mi vida no ha avanzado desde entonces.

Se me metió en la cabeza, tener un hijo, me fui a investigar por mi ciudad las asociaciones de madres solteras por elección, me hice con ellas y me propusieron una comida en el campo con sus hermosos hijos y con ellas.

Me decidí y fui.

Fue emocionante ver como esos niños eran tan felices, y ellas, como explicarlo…se les iban los ojos detrás de ellos, hablaban de sus hijos como una bendición de la ciencia.
Después de pasar la mañana y la tarde con ellas, comprendí lo que era ser una madre soltera.
Tomaron una decisión y cogieron al toro por los cuernos, le echaron un par de ovarios y se presentaron en una clínica de fertilidad es busca de su propia felicidad.
Mentiría si dijera que no me hablaron de miedos, estaban temerosas, con miles de preguntas en su cabeza, como sería su futuro a partir de tener un hijo, si encontrasen un hombre que las quisiera, si su vida sexual dejase de ser activa. Pero en todos los casos, el amor, las ganas, la necesidad de la maternidad, fue mas fuerte que el temor a esas preguntas, que ni si quiera las que no somos madres, nos hacemos.

Hoy en día comparten su existencia con el amor de su vida, su hijo.

Quedé tan encantada, que me entraron ganas de ser madre, pero en mi caso, el temor, las dudas, las preguntas, todo, sigue en mi cabeza.

Desde aquí para todas ellas y con un día de retraso les envío mi gran felicitación del día de la mujer, porque son grandes, muy grandes.