miércoles, 18 de marzo de 2009

PARA JUAN



Hoy lo volví a ver en la puerta del supermercado, solo pide una ayuda, o algo para poder llevarse a la boca. Como siempre, me acerco a él y dejo caer una moneda sobre su cutre caja de cartón.
Nunca me pregunto si es para vino, o para una barra de pan, siempre he creído, que en esas circunstancias preferiría tener un cartón de vino que me anulase un poco del mundo, que una migaja de pan.


Esta tarde me pregunte, por qué no hablar de él y de las millones de personas que pasan desapercibidas ante la mirada de tanta gente.

Son seres humanos, que tal vez su historia, no ha tenido tanta suerte de tener un recorrido feliz como la nuestras, pero si tienen su historia.

Ellos sueñan con poder llevar una chaqueta que les abrigue del frío y nosotros soñamos con esa chaqueta que tan bien quedaría con nuestros pantalones rojos.


Se llama Juan, tiene sesenta y dos años, por su aspecto diría que pasa de los setenta, hace años que vive en la calle.


Recuerda que tiene dos hijos, uno se llama como él, Juan y la pequeña se llama Sara.
En sus sueños imagina que Juan es arquitecto y Sara un guapa modelo de revista.
Pero en realidad hace mas de quince años que no los ve.

Me comenta, que su vida empezó a cambiar con una profunda depresión.
Trabajaba en una empresa de conservas. Era uno de los mecánicos de mantenimiento. Pero con las nuevas tecnologías sus conocimientos empezaron a ser obsoletos y la empresa de la noche a la mañana prescindió de sus servicios.
De repente se vio sin trabajo. Su experiencia no era válida para el resto de empresa, todas ya usaban máquinas de vanguardia, y la historia volvía a repetirse.

Se hundió en una profunda depresión, donde las pastillas empezaron a ser su salvación, pero también, su profundo hundimiento.
Se alejo del mundo, de su mujer y de sus hijos, empezó a frecuentar compañía femenina a cambio de unas miles de pesetas, y cuando se dio cuenta, ya no era dueño ni de su cabeza.

Ahora pide unas monedas en la puerta del supermercado, la gente le mira con miedo, como si les fuese a robar el bolso, tiran de la mano de sus hijos para que éstos no le miren…que cruel, ¿no?

¿Alguna vez os habéis apartado con asco de Juan?

Hay muchos hombres y mujeres como Juan, no le neguéis una mirada, unos buenos días, una sonrisa. Nunca os dejéis llevar por una imagen.

No seamos tan crueles de dar la espalda a esta gente. Por que son como nosotros, simplemente tuvieron un mal día y no supieron superarlo. Si aun así, les damos la espalda, su mayor pobreza será la tristeza y vuestra mayor pobreza, la falta de humanidad.

Así que os pido un favor, mañana cuando salgáis a comprar al supermercado y veáis a Juan, por favor, dejarle caer una moneda y darle los buenos días como si de un amigo se tratase.


Gracias.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Este escrito que se puede apreciar es un tipo de vision que la gente puede tener, pero considero que nunca se puede generar ni hacer demagogia, creo que este tipo de gente no necesita autocompasion, y mucho menos un euro ,y más cuando no sabemos si realmente va destinado a su sustento personal y no a un pico.Reakmente si queremos ayudar a este tipo de gente no le demos un euro, demosle un trabajo, una oportunidad para que se reinserte en la sociedad,porque es muy bonito decir que tu no le das un euro y yo si siendo por ello mejor persona, o ¿acaso por darle un euro vamos a ser mejor persona que la gente que piensa en comprarse esa bonita chaqueta que vió en el escaparate?, Ademas , Juan , como hemos apreciado en una breve biografia, el no está así por cuestion de nacimiento(No ha nacido en un barrio marginal), el provenía de una vida normal, de la que nosotros difrutamos, donde la perdida de su trabajo y su inmadurez le llevaron a esta situación o ¿acaso alguien en su sano juicio toma pastillas antidepresivas sin control medico?,o ¿A alguien le obligan a ir de putas gastandose el dinero que tiene cuando lo han despedido y tiene una familia que mantener?. Creo que cuando alguien quiere algo lucha por conseguirlo, o por lo menos puede intentarlo,ademas de que hay personas que ofrecen ayuda de tipo psicologico en los servicios sociales si uno no se puede costear un psicologo personal que le ayude a encauzar su situacion personal, y no por eso la gente que mantiene su trabajo y tiene metas y aspiraciones es peor que Juan. Creo que este texto no sirve para genalizar y mas con ejemplo propuesto ( ya que se nos ha dado una biografia de su vida), aparte de la reflexion que haces que a lo mejor un carton de vino te ayuda a solucionar problemas. Bueno para terminar dire que generalizar es malo, y hay un viejo refran que dice "hace mas el que quiere que el que puede".Como siempre a tu servicio William.